viernes, 25 de enero de 2013


Abrí los ojos con esfuerzo. Y las vi. Allí seguían las estrellas que había pegado en el techo de mi habitación cuando aún soñaba con ser astrónoma. Entonces todo volvió a mi mente como si de una lluvia de meteoritos se tratase. Me arrepentí de haber despertado porque eso significaba que respirar volvería a doler. 

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