martes, 18 de diciembre de 2012


Hoy he soñado que te morías. Me desvelé pensando en la de tiempo que hace que no sé de ti. En cómo terminaron las cosas entre nosotras. Y en cómo no me enteraría si te murieras. No podría llorarte. Quizás ni tendría sentido porque hace tiempo que decidiste enterrarte para mí. Y ya te lloré entonces. Ya me enfadé suficiente. ¿Cuál es la diferencia entre seguir vivo pero perdido y estar realmente muerto?  - me pregunté dando vueltas entre las sábanas. Decidí no seguir por ese camino y encomendarme al sueño de nuevo. Entonces aparecieron bichos. Putos bichos asquerosos. Uno me picaba y dolía. Sabía que significaba que me iba a morir. Volví a despertarme. Eran las 4.34 de la madrugada. Me daba miedo volver a soñar, pero no quería mover el cuerpo de la cama. Me puse a pensar en cosas que odio. Y me di cuenta de que soy aburridamente normal. Por eso preferí obligarme a dormir. Otra vez. Parece que mis sueños me afectan más que la vida real.

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