domingo, 23 de septiembre de 2012
Y además ésta es para mí una cuestión de principios. Las personas deberían recibir su veneno el día de su mayoría de edad. Deberían entregárseles en una ceremonia solemne. No para inducirlas al suicidio. Al contrario, para que vivan con más tranquilidad y más seguridad. Para que vivan con la conciencia de que son dueñas de su vida y de su muerte.
LA DESPEDIDA - M. Kundera
No sé si el haber elegido este libro para mis últimos días en Madrid ha sido algo casual o inconscientemente escogido. Sea como fuere, yo también me despido. Adiós.
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